Intenta no abandonar tus sueños, ni tu vocación.
Un arquero quiso cazar la luna.
Noche tras noche, sin descansar, lanzó sus flechas hacia el astro.
Los vecinos comenzaron a burlarse de él.
Inmutable, siguió lanzando sus flechas.
Nunca cazó la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo.
Alejandro Jorodowsky