martes, 19 de julio de 2016

SINOVITIS TRANSITORIA DE CADERA

SINOVITIS TRANSITORIA DE CADERA Dr. C. García Fontecha ¿Qué es la sinovitis transitoria de cadera? Como su nombre indica se trata de una inflamación de la cadera (en concreto del tejido sinovial) que se resuelve sola en pocos días. Por lo tanto es un proceso benigno, leve y autolimitado. Es la causa más frecuente de dolor en la cadera en el niño, puede afectar tanto el lado derecho como el izquierdo pero nunca de forma simultánea. Puede ocurrir entre los 9 meses de vida y la adolescencia pero sobre todo entre los 3 y los 8 años de vida. La enfermedad fue descrita por Lovett y Morse en 1892 y desde entonces ha recibido numerosos nombres como coxitis transitoria, coxitis fugax o coxitis serosa simple. ¿Por qué se produce? La causa de la enfermedad continúa hoy día sin conocerse. Sin embargo, se ha relacionado con alguno de los siguientes procesos: Una infección inespecífica vírica de vías respiratorias superiores, faringitis u otitis media. Esta asociación se ha encontrado en el 70% de los casos. Un antecedente de traumatismo, caída o golpe. Esta asociación se ha encontrado entre el 17 y el 30% de los casos. Una predisposición alérgica. Esta asociación se ha encontrado entre el 16 y el 25% de los casos. ¿Cómo se presenta la enfermedad? La sinovitis transitoria se caracteriza por un dolor en la cadera, ingle o cara anterior del muslo, que empieza de forma aguda, acompañado de cojera y movilidad limitada, en un niño que se encuentra sano. En ocasiones se acompaña de fiebre baja, raramente superior a 38º C. Los síntomas disminuyen de forma gradual en unos días o semanas. La media de duración es de unos 10 días, si bien puede alargarse el proceso hasta 8 semanas. En ocasiones la sinovitis puede volver a producirse al cabo de un tiempo. Esto ocurre en el 17% de los niños. ¿Qué hay que hacer ante esta enfermedad? Es importante acudir al especialista en ortopedia pediátrica para descartar otras enfermedades más graves que podrían provocar una sintomatología similar. Entre ellas destacamos la artritis séptica de cadera, la enfermedad reumática, la enfermedad de Perthes, la displasia de Meyer o la epifisiolisis proximal de fémur. Para ello el especialista explorará la cadera, especialmente la movilidad de la misma y en algunas ocasiones puede solicitar alguna exploración complementaria. Según el cuadro clínico y la exploración puede ser necesaria la realización de una radiografía, una ecografía, un análisis de sangre o pruebas más complejas como una gammagrafía o una resonancia de cadera. ¿Qué tratamiento es el más apropiado? El tratamiento está enfocado a disminuir la inflamación de la cadera. Por ello se recomienda el reposo hasta que el dolor cede y la movilidad se recupera. Los antiinflamatorios como el ibuprofeno ayudarán a controlar las molestias y acelerarán el proceso de curación. En casos de dolor muy severo puede estar indicado el ingreso hospitalario para colocar una tracción cutánea en las extremidades, que alivia el dolor de la cadera, y para administrar medicación antiinflamatoria pautada. Excepcionalmente, si se produce un derrame intenso en la cadera puede ser necesaria una aspiración del líquido articular.