El propio concepto de felicidad, como opuesto a la infelicidad, ya implica dos cosas: que estamos eligiendo una parte de la experiencia del mundo y rechazando la otra, lo que crea dualidad y conflicto sin fin y, por otra parte, que necesariamente ambos estados, la felicidad y la infelicidad, se alternarán y retroalimentarán mutuamente, pues son dos caras de la misma moneda y la aparición de una u otra sólo depende del punto de vista de cada momento.
En definitiva, la conclusión es evidente: la felicidad siempre será pasajera, un mero intervalo entre dos etapas de sufrimiento. Como explica el taoísmo, lo único permanente es el cambio en el mundo material y tus estados de ánimo no son una excepción.
Pero ¿existe un estado inalterable, que no depende del dinero, de las posesiones o de tu historia personal? ¿Es posible alcanzar una paz duradera, más allá del ir y venir de las emociones? Ahí es donde realmente debes buscar...
La paz más allá del mundo
Sólo hay un lugar en el que encontrarás la respuesta a tu búsqueda: aquí y ahora. Deja de juzgar al mundo, de luchar contra él y abandona el papel de víctima. Observa el silencio, el espacio en el que nacen y desaparecen los pensamientos y no juzgues, sólo quédate ahí, sin buscar nada, sin esperanza, sin miedo. ¿Dónde queda tu felicidad o tu infelicidad? ¿Qué significa realmente tu historia personal? Cuando estés en paz, aquí y ahora, todo eso dejará de preocuparte.
"El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional"
Buda