jueves, 4 de agosto de 2016

Námaste.


Námaste. Habrás escuchado alguna vez esta palabra, como despedida en alguna clase de yoga, al ingresar en algún encuentro de meditación o en otros contextos relacionados con el ámbito espiritual. Es una palabra que procede de la cultura hindú, del idioma sánscrito –uno de los tantos idiomas que se hablan en la India-. Posee un bello significado con un profundo mensaje filosófico-espiritual. Los hindúes la utilizan como forma de saludo y despedida así como para dar gracias o para pedir como muestra de respeto y generalmente acompañándola con el gesto de juntar las palmas de las manos en forma de rezo colocandolas en el centro del pecho. Es una palabra compuesta, el término “namas” significa “saludo” o “reverencia” y proviene etimológicamente de nam, que quiere decir “postrarse” o “inclinarse”. Por su parte el sufijo “te” es un pronombre personal bastante parecido al equivalente en español, que significa “a ti”. Entonces si juntamos ambos significados sería algo así como “Te saludo” o “Te reverencio”. Sin embargo, aquí no se agota ya que el término “namas” también puede ser interpretado como “nada mío” significando que mi ego se reduce a la nada, connotando una actitud de humildad frente al otro. Si este saludo se realiza desde el corazón se establece una conexión genuina entre las personas, por encima de las expectativas y máscaras sociales. Otro matiz del significado espiritual de esta multifacética palabra, está en la creencia de que existe una chispa divina en cada persona, entonces, cuando está acompañada del gesto o mudra de las manos en forma de rezo y la inclinación de la cabeza, estamos tácitamente reconociendo esta presencia divina en uno mismo y en el otro. Si lo expresáramos con palabras sería algo así como: “La chispa divina que hay en mí reconoce la chispa divina que hay en ti”. Otros de los significados son por ejemplo: “Su espíritu y mi espíritu son uno” o “Lo que es divino en mí saluda a lo divino en ti”. En todos los casos, lo que se trata de transmitir es un saludo o despedida a la otra persona desde la parte más profunda y espiritual de nuestro ser. Un gesto auténtico y sincero, liberado de todo prejuicio y que surge desde la parte más bondadosa de nosotros hacia las personas, es una forma de honrar a la otra persona. Un modo de mostrar respeto y agradecimiento desde la parte más profunda de nuestro ser sin distinción de clase, sexo, religión o edad. Con la pronunciación, de esta palabra, acompañada de su particular gesto transmitirás que tu deseo es favorecer un encuentro real impregnado de respeto a la otra persona, ya que Námaste solo entiende desde el ser. Námaste.