Trabaja desapegado del fruto de la acción, dando lo mejor y no esperando nada. Terminada tu acción será lo que deba ser. Es justo en ese punto donde empieza el concepto de libertad, el saberse libre de las consecuencias de la acción con la certeza de haber realizado a conciencia la tarea. Como tantas otras actividades de la vida cotidiana, se incorpora con práctica y desapego.
Tengamos también en cuenta que detrás de toda acción sucede inevitablemente una reacción, sin temporalidad, sin poder saber si será a corto, mediano o largo plazo, pero sí de la misma característica, la misma esencia y la misma impronta. La buena noticia es poder direccionar las acciones para darle un marco a nuestra vida a medida que surjan las reacciones correspondientes e inevitables.
En consecuencia, seamos cordiales, amorosos, compasivos, misericordiosos, comprensivos, demos esperanza, refugio, contención, perdón. Desapegados y libres.
NAMASTE
